Participación ciudadana y reconstrucción Liceo.
Apuntes para una discusión.
Fernando Vásquez G.
Antropólogo
I.
De los recuerdos y otras
hierbas.
Uno de los
liceos más antiguos de Chile, su edificio el más antiguo en pie dedicado a la
educación, su edificio Monumento Histórico Nacional emplazado en el centro
cívico administrativo e histórico de la ciudad de San Fernando. Por sus aulas,
pasillos y patios estudiaron, y convivieron, decenas de miles de alumnos,
venidos de los más variados puntos de la provincia, en más de un siglo de vida.
Terremotos y temporales de viento y agua lo han golpeado; luego del “11” los
militares “golpearon” a alumnos y profesores, memorable escena esa donde el
capitán Manríquez, jefe del Servicio de Inteligencia Militar Local, reconocido
torturador y diplomático durante de los gobiernos de la Concertación, copando
el Liceo al mando de sus fuerzas y llamando al orden a sus alumnos; como no olvidar que la licenciatura de ese
año fue realizada bajo la atenta mirada de soldados armados. Reforma
educacional y municipalización, la primera corporación educacional
sanfernandina quebrada, luego la privada Corporación Educacional “Alonso de
Ercilla” el mismo camino del desastre financiero, vuelta al municipio. Entre
medio el terremoto de 1985 y abandono temporal del primer patio, ese patio que
vio juramentarse al 4° C 1975 que aún sigue reuniéndose, el mismo curso que en
1973 no pudo realizar una velada por causa del golpe. Ese ´primer patio que en
noches de licenciatura veía entrar la antorcha encendida, la misma de su
insignia alumbrando el futuro de las generaciones que partían a la vida; al
momento que el abanderado traspasaba el estandarte. Ese primer patio que
disfrutó de logros deportivos en básquetbol y en gimnasia; ese primer patio
abandonado excepto por las palomas luego que don Miguel Ibarra nos abandonara
sin recibir su jubilación mudo testigo de transformaciones y desidia de
autoridades.
Terremoto de
1985 y las construcciones de adobe dejan de servir como edificios destinadas a
educación.
Los años pasan,
cada vez más abandonado, deteriorándose poco a poco ante la pasiva mirada y,
prácticamente nula acción de la comunidad, salvo el loable trabajo quijotesco
del Centro Cultural Neandro Schilling; la organización que más actividades
culturales desarrolla en San Fernando siempre con gran afluencia de público. El
Liceo se desarma, cae a pedazos convirtiéndose en metáfora de la educación
pública chilena: las dos en ruinas. Pero también las ruinas son el recordatorio
de que ningún sueño humano es eterno, nos recuerdan constantemente el paso
inexorable del tiempo.
La propuesta es
presentada para su aprobación, dibujos y fotografías para encantar al público
que dará su visto bueno como si fueran personas sin pensamiento, reflexión o
crítica; los gobiernos articulan su dominio sobre estos seres y buscan su
“legitimación” mediante la “participación/consulta ciudadana”.
La restauración,
tal como fue presentada, origina un lugar sin significado, un lugar dedicado al
espectáculo, un lugar de tránsito. Más que la Historia es la Memoria, son los
recuerdos, son los hitos simbólicos que cada persona asigna pero que perdidos
quedan ante el espacio aséptico presentado. Es la idea de concretar espacios
ordenados, esterilizados, hay miedo a la contaminación, miedo a la diversidad
mientras se dan mil vivas a la homogeneización cultural y al pensamiento que
suma ‘0’ (cero); es el miedo permanente del poder al pueblo especialmente
cuando este piensa.
Cuando las
palabras faltan las palabras de la institucionalidad aparece el chantaje
emocional: los proyectos deben mostrar números azules de lo contrario no son
financiados, dice un funcionario municipal; es así como se pierden muchos
sueños. Hace muchos años escuché que la democracia no puede quedar supeditada a
la economía, si eso pasa ya no es democracia; aquí es lo mismo, el proceso
democrático de consulta queda nulo si va contra lo ideado de acuerdo a
parámetros económicos racionales. Por el chantaje cae mucha gente sin darse
cuenta que les están conculcando sus derechos, caen pensando que los técnicos
son los “sabelotodo” dioses que bajaron a solucionar la problemática. Un número
azul es lo que se necesita para su financiamiento, herencia de la dictadura y de
sus celadores concertacionistas que nos dejaron sin “proyecto de país” y
convirtieron al país en una “bolsa de proyectos” donde impera la lógica de la
competencia.
Dirán que muchas
inversiones dejan edificios vacíos porque las personas no los ocupan, dicen que
es por mala gestión (otro concepto neoliberal unido al de competencia), la
pregunta surge cuando pienso que si no se toma la opinión de la gente, que
verdaderamente sabe lo que ocurre, ¿Cómo quieren que ellos lo ocupen si no los
sienten como propios?, ¿Cuántos de estos espacios no representan el sentir de
la comunidad quienes los encuentran ajenos sin atisbo de significado?
II.
Como conclusión.
Según lo
comentado la restauración del Edificio Histórico del Liceo Neandro Schilling es
parte de un plan mayor de rehabilitación urbana: la creación de un paseo
semi-peatonal uniendo la Plazuela-Iglesia San Francisco (otro monumento
nacional que requiere reparación) y la Parroquia-Plaza de Armas-Liceo; un
importante eje urbano, donde pasa la mayor parte de la locomoción que va al
sector norponiente de la ciudad, emplazamiento céntrico destinado al comercio y
a actividades recreativas-culturales.
Ahí, frente a la
Plaza, por décadas el principal edificio de la provincia dedicado a la
educación, hoy deteriorado, va a dar paso a un espacio destinado al
espectáculo…de la educación pública a símbolo del consumo de espectáculo.
Restauración
para revalorizar el Patrimonio con consecuencias buscadas en el turismo, en
dotar de más áreas comerciales y espacios para la “recreación cultural”; en su
interior la Biblioteca, Museo Pedagógico, Auditorio, baños, salas multiuso,
cafetería, y otras cosas más. Tenemos el uso de la cultura para impulsar la
gentrificación de la ciudad, vamos creando espacios vacíos carentes de
contenidos, sin Memoria. Soy consciente que el ordenamiento territorial puede
llegar a definir a una sociedad, si ese ordenamiento nos da estos lugares
limpios, asépticos, sin contaminación y, junto con ello, sin Memoria, nos
quedamos sin futuro.